Sobre la historia prehispánica de los misak no existe consenso entre sus investigadores, que han formulado hipótesis divergentes. Entre los hacendados caucanos y campesinos de la región existe la versión de que los misak llegaron al territorio desde Ecuador y Perú como población servil o yanaconas traídos por los españoles. Esta teoría se basa en los registros del cronista Antonio de Herrera, según esta fuente fue Sebastián de Belalcázar quien llegó a la región, acompañado de “indios de servicios”. Este planteamiento es rechazado por investigadores lingüistas que arguyen que los yanaconas hablan quechua, la cual no comparte familia lingüística con la lengua materna.
Otra hipótesis señala que antes de la llegada de los españoles, en el Valle de Popayán convivían diferentes pueblos indígenas que formaban unidad política en la Confederación Guambiano Coconuco que compartía territorio, cultura y lengua, con el objetivo común de defenderse de otros pueblos que amenazaban su territorio, el promotor de esta alianza se conocía como el cacique Pubén. La anterior teoría se relaciona con otra que plantea que existió una sociedad denominada “Puhenses” o “Pubenenses”, integrada por indígenas habitantes de territorios aledaños al Valle de Popayán, conocido todavía como Pubén y de quienes descenderían los misak. Los grupos indígenas del Valle del Popayán, dentro de los que se encontraban los Misak, resistieron fuertemente la conquista española, la cual se inició en el año 1535 bajo el comando de Belalcázar.
Hacia finales del siglo XVI ya habían sido conquistados, e incorporados en la estructura socioeconómica colonial, que transformó drásticamente su cultura, y diezmó demográficamente sus comunidades. En 1700, con la entrega de los derechos de propiedad al cacique Juan Tama, se crearon los resguardos de Guambía, Quisgó, Pitayó, Quichaya, Jambaló, Caldono y Pueblo Nuevo.
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